domingo, 8 de julio de 2018

Tejido Nervioso


El tejido nervioso se desarrolla al comienzo de la tercera semana de vida intrauterina. Se origina de la capa germinativa denominada ectodermo específicamente de su parte dorsal.
Primero se forma un engrosamiento que se denomina placa neural y posteriormente se invagina para dar origen al canal neural. Este canal se encuentra limitado por dos crestas laterales que corren del extremo oral al extremo anal del embrión. La transformación del canal en tubo inicia en la parte media del embrión hacia sus extremos. El tubo neural no alcanza a cerrarse del todo, dejando en sus extremos dos poros denominados el neuroporo anterior y el neuroporo posterior. El neuroporo anterior o cefálico, mediante el desarrollo del tejido nervioso se oblitera por la lámina terminalis que en el adulto toma el nombre de lámina supra óptica, por quedar situada inmediatamente por encima del quiasma óptico. El neuroporo posterior se oblitera por tejido nervioso, no teniendo interés alguno en el adulto.
La mayor parte del sistema nervioso deriva del tubo neural y de las crestas neurales llamadas también crestas ganglionares, otras porciones derivan de las placodas ectodérmicas.
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Histología:
Es un tejido formado principalmente por dos tipos celulares: neuronas y glía, y cuya misión es recibir información del medio externo e interno, procesarla y desencadenar una respuesta. Es también el responsable de controlar numerosas funciones vitales como la respiración, digestión, bombeo sanguíneo del corazón, regular el flujo sanguíneo, control del sistema endocrino, etcétera.
Las células del sistema nervioso se agrupan para formar dos estructuras: el sistema nervioso central que incluye el encéfalo y la médula espinal, y el sistema nervioso periférico, formado por ganglios, nervios y neuronas diseminados por el organismo.
El tejido nervioso dispone tan sólo de dos tipos de células específicas: las células nerviosas o neuronas y las células gliales o neuróglicas. Sólo las neuronas intervienen de forma directa en los procesos informativos. Las células gliales se vinculan con los vasos sanguíneos y el tejido conectivo, los cuales pertenecen a la parte inespecífica del sistema nervioso y sus funciones son exclusivamente metabólicas o mecánicas.

La mayor parte del tejido nervioso está formado por cuerpos celulares de neuronas y glía, y por sus prolongaciones citoplasmáticas (estás últimas forman zonas denominadas neuropilos). Sin embargo, el sistema nervioso también posee una pequeña proporción de matriz extracelular donde abundan las glicoproteínas. La función de la matriz extracelular nerviosa es variada e interviene en la migración celular, extensión de axones a la formación y función de los puntos de comunicación entre neuronas: las sinapsis.
En el sistema nervioso central hay zonas ricas en cuerpos celulares de neuronas y glía que se denomina generalmente sustancia gris, porque tienen un color gris en el tejido fresco, mientras que las zonas ricas en axones mielínicos pero con pocos cuerpos celulares se denominan sustancia blanca. La sustancia blanca es una zona de tractos de fibras. En el encéfalo, la sustancia gris es normalmente superficial, mientras que en la médula espinal es al contrario.
La función esencial del tejido nervioso es la comunicación, que depende de la capacidad de las células nerviosas para recibir estímulos (excitabilidad) y la propiedad de transmitir la excitación resultante desde un punto hasta otro (conductividad). En consecuencia, relaciona los ambientes interno y externo, que se analizan e integran para producir respuestas coordinadas. El tejido nervioso posee una organización estructural y complejidad funcional tan específicas, que se lo conoce habitualmente como sistema nervioso

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Tejido epitelial

Los epitelios de revestimiento forman una capa que tapiza las superficies externas (piel, pulmones o aparato digestivo) e internas (vasos sanguíneos, linfáticos y pleuras). Cuando recubren cavidades serosas del organismo como las pleuras se denominan mesotelios, pero cuando recubren la parte interna de los vasos sanguíneos o linfáticos se llaman endotelios. Los epitelios de revestimiento se caracterizan por poseer muy poca matriz extracelular y sus células están fuertemente unidas por complejos de unión. A pesar de que mantienen una gran estabilidad en su estructura, los epitelios de revestimiento poseen una alta tasa de renovación celular debido a la proliferación de las células progenitoras que poseen y a una muerte celular continuada. Pueden presentar especializaciones celulares que les permiten ser receptores sensoriales y, según los organismos, desarrollar estructuras complejas como pelos, plumas o escamas.

Los epitelios de revestimiento se clasifican según el número de capas celulares que presentan y la forma celular de la capa más apical. En los epitelios simples, constituidos por una sola capa de células, todas las células contactan con la lámina basal y también forman la superficie libre del epitelio. Las células pueden ser aplanadas, cúbicas (igual de anchas que de altas) o prismáticas (más altas que anchas). En los epitelios pseudoestratificados todas las células contactan con la lámina basal, pero no todas alcanzan la superficie libre del epitelio puesto que unas son más altas que otras. Éste es un epitelio simple con apariencia de estratificado. Los epitelios estratificados poseen dos o más capas de células en las que sólo una de las capas contacta con la lámina basal, mientras la capa más superficial forma la superficie libre. Los epitelios también se clasifican en planos, cúbicos o prismáticos, según la forma de las células del estrato que delimita el espacio libre del epitelio. Los epitelios de transición tienen más de una capa de células pero su aspecto cambia dependiendo del estado en que se encuentre el órgano que tapizan.

Epitelios de revestimiento



El tejido epitelial se clasifica según tres factores:


Según la forma (de la mayoría de las células superficiales):
Escamoso: Las células individuales que lo forman son lisas, planas, suaves y muy delgadas. Encajan muy estrechamente entre ellas, formando los tejidos y proporcionando una superficie suave y de baja fricción sobre la que los fluidos pueden moverse fácilmente. En los alvéolos pulmonares, la delgada capa de células epiteliales permite la rápida difusión de los gases entre los alvéolos y la sangre. Este tipo de capas celulares no se consideran relativamente activas en términos de metabolismo, pero son claves en la difusión de agua y sustancias específicas.
Cuboidal: Como su nombre sugiere, las células de este tipo de tejido tienen una forma similar a un cubo, en el sentido de que su anchura es del mismo tamaño que su longitud y altura. Los núcleos de estas células normalmente se encuentran en el centro. Las formas de epitelio cuboidal son las más pequeñas.
Columnar: Las células que forman este tejido son más altas que anchas, como una gran estructura cilíndrica. El epitelio columnar simple se compone de una sola capa de células que son más largas que anchas. El núcleo también está más cerca de la base de la célula. El intestino delgado es un órgano tubular recubierto con este tipo de tejido. Glándulas unicelulares llamadas células caliciformes están dispersas por todo el epitelio columnar simple y secretan moco. La superficie libre de la célula columnar tiene pequeñas proyecciones llamadas microvellosidades.

Según la estratificación (número de capas):
Simple: Hay una sola capa de células.
Estratificado: Hay más de una capa de células. La capa superficial se utiliza para clasificar el tejido. Sólo una capa toca la lámina basal. Las células estratificadas, por lo general, pueden soportar grandes tensiones.
Pseudoestratificado: Este término se utiliza principalmente en un tipo de clasificación (el epitelio columnar pseudoestratificado). Hay una sola capa de células, y cada célula toca la lámina basal directamente. Sin embargo, sin una cuidadosa observación, la ubicación de los núcleos dentro de las células puede dar la impresión de que es epitelio estratificado. Por ejemplo, el epitelio que recubre los bronquios en los mamíferos es de tipo pseudostratificado, compuesto de al menos tres tipos de células (células basales con núcleos situados cerca de la lámina basal, células ciliadas con núcleos a medio camino entre la lámina basal y la capa celular, y células mucosas tan llenas de gránulos que los núcleos son a menudo difíciles de discernir claramente, pero están casi siempre cerca de la lámina basal).

Según la especialización:
Queratinizado: Formado por células que contienen queratina (un citoesqueleto de proteínas). Si bien el epitelio queratinizado se da principalmente en la piel, también se encuentra en la boca y la nariz, proporcionando una barrera dura e impermeable.
Ciliado: Formado por células que tienen extensiones de membrana plasmática apical compuestas de microtúbulos capaces de batir rítmicamente para mover el moco u otras sustancias a través de un conducto. Los cilios son comunes en el sistema respiratorio y el tejido de revestimiento del oviducto.



Aparato Urogenital

El aparato urogenital procede del mesénquima intermedio de la pared dorsal del embrión. La parte de la cresta urogenital que da lugar al aparato urinario es el cordón nefrógeno y la parte que da lugar al aparato genital es la cresta gonadal.

Sistema colector –> se desarrollan a partir de la yema ureteral –> la yema se dilata formando pelvis renal primitiva se divide en partes (cálices menores y mayores.) –> al penetrar tejido metanéfrico, cada cáliz forma 2 yemas nuevas y estas siguen subdividiéndose (hasta que se han formado 12 o más generaciones de túbulos)à los túbulos del segundo orden se agrandan y absorben los de la 3ra y 4ta generación (cálices menores). Los túbulos colectores de la quinta y sucesivas generaciones se alargan y convergen en el cáliz menor y forman la pirámide renal.

Sistema excretor Cada túbulo colector recién formado está cubierto en su extremo distal por un casquete de tejido metanéfrico –> las células del casquete –> forman vesículas (vesículas renales) –> que a su vez origina túbulos en forma de S. Los capilares crecen dentro del espacio delimitado en un extremo de la S y se diferencian en glomérulos. –> los túbulos con sus glomérulos –> Forman las nefronas –> EL extremo proximal de cada nefrona forma la capsula de Bowman –> El extremo distal forma una conexión abierta con uno de los túbulos colectores.

El alargamiento continuo del túbulo excretor termina en la formación del túbulo contorneado proximal, el asa de Henle y el túbulo contorneado distal.

El riñón se desarrolla a partir de dos fuentes:
1). Mesodermo metanefrico que proporciona unidades excretoras.
2). La yema Ureteral que origina el sistema colector.

Riñones metanéfricos –> están próximos entre sí en la pelvis. –> Al crecer el abdomen y pelvis se desplazan hacia el abdomen y se separan (Posición del adulto se fija cuando entra en contacto con las glándulas suprarrenales en la 9na sdg). El hilio renal mira en dirección ventral al ascender, el hilio mira dirección anteromedial.

Irrigación Durante los cambios Vejiga y uretra

De la 4ta a la 7ma semanas de desarrollo.
El tabique urorectal, divide a la cloaca.
– Seno urogenital anteriormente
– Conducto anal posterior.

En el seno urogenital se pueden distinguir tres porciones: la parte superior y más voluminosa es la vejiga urinaria. (Al comienzo, la vejiga se continúa con la alantoides, cuando la cavidad de ésta se oblitera, el vértice de la vejiga queda unido con el ombligo por un grueso cordón fibroso el uraco, en el adulto ligamento umbilical medio).


Le sigue un conducto bastante estrecho, la parte pélvica del seno urogenital, que en el varón da origen a las porciones prostática y membranosa de la uretra. Por último, se halla la parte fálica del seno urogenital. Esta es aplanada de un lado a otro, y como el tubérculo genital crece, experimenta un desplazamiento ventral.s de posición –> vasos próximos –> Al principio ramas de las arterias iliacas comunes –> extremo distal de la aorta. (Las ramas caudales involucionan, desaparecen). Reciben sus ramas arteriales más craneales de la aorta à se convierten en arterias renales permanentes.

Los uréteres tienen origen mesodérmico à la mucosa de la vejiga –> porción formada por incorporación de los conductos (el trígono vesical) es de origen mesodérmico. Con el tiempo es remplazado por epitelio endodérmico.

El epitelio de la uretra masculina y femenina es de origen endodérmico, (el tejido conectivo y muscular que la rodea deriva de la hoja esplacnica del mesodermo).

Al final del 3er mes, el epitelio de la uretra prostática comienza a proliferar y surgen varias evaginaciones que se introducen en el mesénquima circundante. (En el varón –> originan la glándula prostática, en la mujer –> la porción craneal de la uretra da origen a las glándulas uretrales y parauretrales).
La próstata está formada por yemas procedentes de la uretra y las vesículas seminales están formada por gemación el conducto deferente.


Aparato Respiratorio

Formación del aparato respiratorio

La formación del aparato respiratorio se inicia en la tercera semana de vida intrauterina, cuando el embrión solo mide unos 3-4 mm de longitud. Se forma a partir del tubo digestivo. Primero aparece una pequeña evaginación o divertículo en la pared anterior del intestino, a la que se denomina hendidura laringotraqueal. Este espacio desaparece progresivamente al irse formando un tabique que los independiza. Este tabique se denomina traqueoesofágico, se extiende a lo largo de la evaginación en sentido cráneo-caudal (de la cabeza a los pies), y va a independizar el primitivo dispositivo respiratorio del esófago.

El intestino anterior se ha separado en dos porciones: una anterior, que corresponde al esbozo respiratorio y otra dorsal o posterior, que va a dar lugar al esófago. En este momento del desarrollo, el futuro aparato respiratorio está formado por un verdadero fondo de saco, en donde encontramos:
En primer lugar, y ocupando una posición más superior, el esbozo laríngeo.
El cuerpo del saco laríngeo que corresponde al esbozo traqueal y ocupa una posición media.
Ocupando la porción más inferior, la parte correspondiente al fondo del saco y que va dar lugar a los pulmones. Es la bolsa pulmonar o divertículo pulmonar.

A continuación se realiza una división a nivel del fondo de saco pulmonar que es el esbozo de las bolsas pulmonares. De forma bilobulada, se transforma en las yemas pulmonares. Este proceso tiene lugar cuando el embrión cumple alrededor de las cuatro semanas de desarrollo.
Laringe, tráquea y arterias pulmonares en el embrión

La laringe constituye la primera porción del aparato respiratorio y la más antigua del desarrollo respiratorio. Es la única formación que no se separa del tubo digestivo, manteniendo su comunicación por medio de un orificio laríngeo. Esta primitiva abertura laríngea, de grandes dimensiones, se cerrará progresivamente por el crecimiento de los cartílagos y músculos:
En su parte superior la epiglotis cierra las vías respiratorias pulmonares para que pasen los alimentos al esófago. La epiglotis puede apreciarse ya cuando el embrión no mide más de 21 milímetros de tamaño
A lo largo de la quinta semana, va a comenzar a esbozarse la diferencia entre lo que es el tubo aéreo único y central, que constituye la tráquea y las dos evaginaciones laterales, que si bien son el esbozo independiente de cada uno de los pulmones, acaban constituyendo los bronquios primarios o bronquios pulmonares del adulto.
En esta fase tan precoz observamos ya un crecimiento de las arterias pulmonares, imprescindible para que el pulmón pueda realizar su función fuera del útero.
Para el día 34 de gestación, ya se ha formado una red de capilares alrededor de cada futuro bronquio principal. En este momento ya hay evidencia de células sanguíneas circulantes.
Desarrollo de los bronquios: La asimetría bronquial

En la quinta semana de gestación las dos yemas pulmonares van a comenzar a dividirse en otras que dan origen a los bronquios lobulares o secundarios. Desde este momento se observa la asimetría en el desarrollo de los bronquios lobulares de cada pulmón: de los extremos ciegos de los bronquios primarios nacen tres ramas en el lado derecho y dos en el izquierdo, dejando "hueco" para la formación del corazón.

La asimetría bronquial



Al final de la 5ª semana, cuando el embrión mide unos 11-14 mm comienzan una serie de divisiones de los bronquios lobulares o secundarios. Estos nuevos tubos constituyen los bronquios terciarios o segmentarios. En la 6ª semana de desarrollo podemos reconocer la totalidad de los bronquios segmentarios y se empiezan a formar los bronquios cuaternarios o bronquiolos, que desembocan, finalmente, en los futuros alvéolos pulmonares..

En este momento los dos pulmones se pueden ya distinguir como órganos separados en el tórax. La traquea constituye el conducto aéreo que, en dirección cráneo-caudal, tiene como función permitir un correcto paso del aire desde la laringe hasta lo que será el complejo bronco-alveolar, por tanto, con el fin de que evitar que se produzcan compresiones por parte de los órganos vecinos que puedan dificultar la circulación aérea, la tráquea desarrolla un esqueleto que da lugar a los cartílagos traqueales. Esta diferenciación comienza hacia los 41 días de desarrollo, cuando el embrión alcanza una longitud de unos 21 a 23 milímetros.
Desarrollo de los lóbulos pulmonares

Mientras se producen las divisiones de los bronquios primarios en secundarios, se constituye en el sostén y relleno de cada un de los lóbulos pulmonares; como en el caso de los bronquios, hay tres lóbulos en el lado derecho y dos en el izquierdo. En la 6ª y 7ª semana ya pueden reconocerse los 19 segmentos pulmonares.

En la 8ª semana de embarazo, queda prácticamente constituida toda la estructura del aparato respiratorio. Es un periodo crítico en el desarrollo, especialmente sensible a diferentes agentes que pueden interferir el normal desarrollo de las distintas estructuras del embrión, dando lugar a malformaciones.





Tejido muscular

El tejido muscular es responsable del movimiento de los organismos y de sus órganos. Está formado por unas células denominadas miocitos o fibras musculares que tienen la capacidad de contraerse. Los miocitos se suelen disponer en paralelo formando haces o láminas. La capacidad contráctil de estas células depende de la asociación entre filamentos de actina y filamentos formados por las proteínas motoras miosina II presentes en su citoesqueleto.

El tejido muscular se divide en tres tipos: esquelético, liso y cardiaco. Se diferencian por su aspecto y forma. Así, las células del músculo esquelético son muy largas y estriadas con unas bandas perpendiculares al eje longitudinal celular cuando se observan al microscopio, de ahí que también se les llame músculo esquelético estriado. Las células del músculo cardiaco, o cardiomiocitos, son mucho más cortas, son ramificadas y poseen también estrías. Las células musculares lisas son fusiformes y sin bandas transversales, de ahí el nombre de músculo liso.

Músculo esquelético estriado
El músculo estriado esquelético se denomina también voluntario puesto que es capaz de producir movimientos voluntarios, es decir, está inervado por fibras nerviosas que parten del sistema nervioso central. Los músculos esqueléticos están generalmente conectados a los huesos a través de los tendones, a excepción de algunos como los del ojo, los de la parte superior esófago o la lengua.

Las células que componen el músculo estriado esquelético son las células musculares estriadas esqueléticas, también llamadas fibras musculares o miocitos, junto con tejido conectivo y vasos sanguíneos. Las células musculares se asocian entre sí para formar los fascículos musculares, y éstos a su vez se unen para formar el músculo esquelético, principal responsable de la movilidad de los organismos. Las células musculares están rodeadas por una lámina basal, que es matriz extracelular. Además, las células musculares están rodeadas por fibras reticulares y colágenas que forman el endomisio, cada fascículo muscular está rodeado por otra envuelta de conectivo denso denominada perimisio y todo el músculo por el epimisio, también tejido conectivo. Por estas envueltas de tejido conectivo penetran y se dispersan los vasos sanguíneos y ramificaciones nerviosas que controlan la contracción muscular.

Músculo cardiaco

Como su nombre indica, el músculo cardíaco, o miocardio, forma las paredes del corazón. Su misión es el bombeo de sangre por parte del corazón mediante la contracción de las paredes de éste.

El músculo cardíaco está formado por cardiomiocitos. Estas células musculares son mononucleadas, con el núcleo en posición central. Son más cortas (unas 80 µm) y más anchas (unas 15 µm aproximadamente) que las células musculares esqueléticas, y son ramificadas. Presentan estrías transversales cuyo patrón es similar al de las células musculares esqueléticas, con bandas oscuras que se corresponden con la superposición de los filamentos de actina y miosina de su citoesqueleto, y con bandas claras que corresponden sólo a los filamentos de actina. A la membrana plasmática de las células musculares estriadas se le llama sarcolema, la cual, en mamíferos, se invagina para formar los túbulos transversales, con un diámetro de unos 5 a 20 nm.

Músculo liso

Al músculo liso también se le denomina involuntario o plano. Se encuentra en todos aquellas estructuras corporales que no requieran movimientos voluntarios como el aparato digestivo, vías respiratorias, algunas glándulas, vesícula biliar, vejiga urinaria, vasos sanguíneos y linfáticos, útero, etcétera.

Las células musculares lisas tienen una longitud que varía entre 20 y 500 µm y su diámetro está entre 8 y 10 µm. Aunque en el miometrio uterino pueden llegar a medir 800 µm de longitud. Son células largas y fusiformes, presentando en ocasiones sus extremos ramificados. Poseen un núcleo que, en estado relajado, es elongado y localizado en posición central. En los polos del núcleo hay zonas de citoplasma donde se disponen la mayoría de los orgánulos, y que contienen pocos filamentos del citoesqueleto. El resto del citoplasma muestra un aspecto homogéneo y es donde se localiza el aparato contráctil que, al contrario que en el músculo esquelético o el cardíaco, no se organiza en estructuras regulares o estrías visibles con el microscopio óptico. El nombre de músculo liso se debe a que carece de dichas estriaciones en su citoplasma. Todas las células musculares lisas están rodeadas por una capa de matriz extracelular denominada lámina basal, que deja algunos espacios que permiten a las células musculares contiguas formar uniones en hendidura.






Sistema Musculoesqueletico

Los músculos derivan de:
· Mesodermo paraxial (Somitas y somitómeros): músculo esquelético.
· Mesodermo lateral (hoja esplácnica): músculo liso (digestivo) y músculo cardiaco.
· Ectodermo: músculos liso del iris, mioepiteliales de las glándulas mamarias y sudoríparas.

1) Músculo cardiaco

Se desarrolla a partir de la hoja esplácnica del mesodermo lateral que envuelve al tubo cardiaco.

2) Músculo liso

Los viscerales se desarrollan a partir de la hoja esplácnica del mesodermo lateral que envuelve al intestino y derivados. Los músculos lisos del iris, mioepiteliales de las glándulas mamarias y sudoríparas derivan del ectodermo.
3) Músculo esquelético: derivan del mesodermo paraxial.

o Somitómeros: no se organizan en segmentos, mantienen su estructura laxa. Los mioblastos se fusionan formando estructuras alargadas multinucleadas. Al final del 3er mes aparecen las estrías típicas de las miofibrillaso Somitas: se organiza
 en segmetos que formarán 2 regiones musculares. (final de la 5ta semana) (ver imagen pag 213).
· Musculatura hipomérica: formada por la región dorsolateral del somita
· Musculatura epimérica (miotoma): formada por la región dorsomedial del somita.

Los mioblastos se fusionan formando estructuras alargadas multinucleadas. Al final del 3er mes aparecen las estrías típicas de las miofibrillas.

Los patrones de formación de músculo son controlados por el tejido conjuntivo hacia donde migraron los mioblastos. Cabeza: cresta neural; occipital y cervical: mesodermo somítico; pared corporal y miembros: mesodermo lateral.

Bueno, entonces tengo que se organizan en segmentos, con un nervio para cada segmento, el cual se divide en un ramo primario dorsal y otro ramo primario ventral, para el epímero e hipómero respectivamente:
* Epímero: forma los músculos extensores de la columna.
* Hipómero: forma los músculos de las extremidades y de la pared corporal:
- Cervicales forman: prevertebrales, escalenos y geniohioideo.
- Torácicos forman: intercostales y transverso del tórax. Se mantienen en segmentos gracias a las costillas.
- Abdominales forman: los oblicuos y transverso del abdomen. Se fusionan los segmentos.
- Lumbares: cuadrado lumbar.
- Sacros y coccígeos: diafragma pélvico y músculos estriados del ano.
* Columna long. ventral: músculos infrahioideos, esternal y recto del abdomen.

Cabeza
Todos los músculos esqueléticos derivan del MP, excepto el del iris y los derivados de los arcos faríngeos.
Ver cuadro 9.1. Inervación de los somitómeros: (n+1)

Extremidades
Formada por la región dorsolateral del somita. En los esbozos el musculo se desdobla en sus componentes flexor y extensor. Inervación:
- Miembro superior: 5 últimos segmentos cervicales y 2 primeros torácicos. Entran en los esbozos al principio segmentados, luego se fusionan para formar ramos gruesos ventrales (mediano y cubital) y dorsales (radial).
- Miembro inferior: 4 últimos segmentos lumbares y 2 primeros sacros.




Tejido sanguíneo

La sangre es considerada por numerosos autores como un tipo especializado de tejido conectivo compuesto de elementos celulares (células y fragmentos celulares) y una matriz extracelular líquida denominada plasma sanguíneo. La sangre se encuentra en el interior de los vasos sanguíneos y del corazón, y circula por todo el organismo impulsada por las contracciones del corazón y por los movimientos corporales.

Entre las principales funciones de la sangre destacan tres. Transportar nutrientes y oxígeno desde el aparato digestivo y los pulmones, respectivamente, al resto de las células del organismo, y productos de desecho desde las células hasta el riñón y los pulmones. Es la principal vía de comunicación entre células distantes para el intercambio de señales como las hormonas. Homeostasis general o regulación del estado general del cuerpo, como el mantenimiento de una temperatura corporal corporal homogénea o un pH estable. Protección frente a heridas mediante su capacidad de coagulación, y defensa frente a patógenos externos o células malignas internas gracias a las células del sistema inmunitario, que utilizan la red de vasos sanguíneos para viajar a cualquier parte del organismo.

Elementos celulares

Las células sanguíneas se clasifican en dos tipos: eritrocitos o glóbulos rojos y leucocitos o glóbulos blancos. La sangre también contiene fragmentos celulares denominados plaquetas. Los leucocitos se dividen a su vez en granulares: neutrófilos, basófilos y eosinófilos, y en agranulares: linfocitos y monocitos. Entre el componente celular, la mayoría son eritrocitos (99% de la células), el resto son leucocitos y plaquetas. 

Los eritrocitos: son los responsables de dar el color rojo a la sangre por su alto contenido en hemoglobina, una proteína que contiene hierro en su estructura. Su principal misión es la de transportar el oxígeno y el CO2. El eritrocito, en mamíferos, se puede considerar como una célula modificada para su función puesto que no posee núcleo y carece de mitocondrias y otros orgánulos celulares. Tienen una forma bicóncava de unas 7,5 µm, lo que le confiere mayor superficie de intercambio con el plasma sanguíneo.

Células que componen la sangre de los humanos.

Las plaquetas

O trombocitos, son pequeñas porciones de citoplasma sin núcleo. A microscopía óptica aparecen como estructuras pequeñas, de 2 a 5 µm de diámetro. incoloras o ligeramente basófilas. Contienen compartimentos membranosos en su interior que pueden ser de diferente tipos: gránulos específicos azurófilos densos, mitocondrias (una o dos por plaqueta), y vesículas/túbulos claros. También tienen gránulos de glucógeno. Su principal misión es cooperar en la aglutinación y coagulación sanguínea. Están presentes en los mamíferos, pero no en los vertebrados inferiores. Se forman mediante "desgajes" del citoplasma de unas células denominadas megacariocitos que se encuentran en la médula ósea.

Los leucocitos

Presentan núcleo y son incoloros en la sangre fresca. Su principal misión es la defensa del organismo frente a agresiones como los patógenos externos o alteraciones aberrantes internas. Esta función la realizan fuera de la propia sangre puesto que tienen la capacidad de atravesar la pared vascular y actuar en los tejidos dañados. Realmente utilizan el sistema circulatorio para desplazarse por el organismo. Los leucocitos presentan en su citoplasma granos de dos tipos, azurófilos o primarios, que son lisosomas, y específicos o secundarios de contenido variado. Los glóbulos blancos se clasifican en granulares y agranulares. Todos tienen granos azurófilos pero los granos específicos son característicos de los granulares.

Eosinófilo.
Los leucocitos granulares son los neutrófilos, eosinófilos y basófilos , mientras que los no granulares son los linfocitos y los monocitos. Los neutrófilos son los leucocitos granulares más abundantes y representan el 60-70% de todos los leucocitos. Se reconocen fácilmente por su núcleo multilobulado. Presentan gránulos azurófilos, pero en mayor cantidad granos específicos con un contenido en lisozimas, activadores del complemento, colagenasas, etcétera. Son uno de los principales tipos celulares que intervienen en la defensa frente a las infecciones bacterianas. Los eosinófilos representan del 2 al 5% de la población leucocitaria. Su núcleo es bilobulado y en su citoplasma los granos específicos se caracterizan por su fuerte apetencia por colorantes ácidos como la eosina. Estos granos poseen proteínas de carácter básico como la proteína básica mayor y la proteína catiónica eosinófila, las cuales intervienen en la lucha contra las infecciones parasitarias, además de histaminasas encargadas de neutralizar la acción de la histamina en reacciones alérgicas. Los basófilos son los leucocitos granulares menos abundantes y más pequeños, representando el 0.5% del total. Su núcleo es poco lobulado. Se caracterizan por poseer granos específicos que se tiñen con colorantes básicos como la hematoxilina. El contenido en heparina e histamina de sus granos específicos, así como la presencia en su membrana plasmática de receptores para las immunoglobulinas E, hace pensar que actúan en el tejido conjuntivo en cooperación con las células cebadas o mastocitos.

Los leucocitos agranulares carecen de granos específicos en su citoplasma pero sí presentan una escasa población de granos inespecíficos. Los linfocitos son tras los neutrófilos los leucocitos más abundantes, representando del 20 al 35 % de las células sanguíneas. Son células pequeñas, aunque se puede encontrar una cierta variabilidad en su tamaño, lo cual parece no estar relacionado con los diferentes tipos de linfocitos. Los dos grandes grupos de linfocitos son los B y los T. Ambos principales responsables de las respuestas de defensa inmune del organismo. Los otros leucocitos agranulares son los monocitos. Éstos se caracterizan por tener un tamaño grande en los frotis sanguíneos y por presentar un núcleo arriñonado. Los monocitos contribuyen a las respuestas de defensa del organismo, abandonando la sangre y desplazándose al lugar de la infección o daño, donde se convierten en macrófagos.

En general la vida de los elementos celulares que forman la sangre es muy corta, y puede ir desde horas a unas pocas semanas (excepto algunos linfocitos denominados de memoria que pueden durar años). Por tanto se deben generar continuamente células sanguíneas, proceso conocido como hematopoyesis. En humanos, los lugares donde esto ocurre cambia durante el desarrollo: en embriones es sobre todo en el saco vitelino, durante la etapa fetal se traslada al hígado, bazo, tejido linfático y después a la médula ósea roja. Tras el nacimiento, la hematopoyesis se traslada a la médula ósea del hueso trabecular y la cavidad medular de los huesos largos. En adultos ocurre en los huesos de cráneo, pelvis, vértebras, esternón, y las zonas próximas de la epífisis del fémur y el húmero. La hematopoyesis en adultos se puede reiniciar en el hígado y en el bazo bajo ciertas circustancias.

El plasma

Es el componente fluido de la sangre y representa más de la mitad del volumen sanguíneo. Es un 90 % agua, el resto es mayoritariamente proteínas, pero también iones, aminoácidos, lípidos, gases, nutrientes y sustancias de desecho. Es el principal medio de transporte de nutrientes y productos de desecho


Tejido Nervioso

El tejido nervioso se desarrolla al comienzo de la tercera semana de vida intrauterina. Se origina de la capa germinativa denominada ectod...