Los centriolos posibilitan el movimiento de los cilios y flagelos en aquellos organismos que son unicelulares, además interviene en la división de las celular de los organismos pluricelulares. También participan en la división celular, donde cada centriolo se vuelve parte de las células hijas, sirviendo de ejemplo para que se cree el que falta.
Los centriolos se encuentran localizados cerca del núcleo y se encuentran presentes tanto en las células de los animales como en las de algunos vegetales, desempeñando gran importancia cuando las mismas se dividen, y asumen posiciones perpendiculares unas con otras, en polos opuestos de la célula.
Su función principal es formar y organizar los filamentos que forman parte del huso acromático cuando se lleva a cabo la división de los núcleos de las células, donde toman posición de modo perpendicular, en polos opuestos de la célula, de allí surgen un conjunto de filamentos radiales, a los cuales se les llama áster.
Seguidamente se forma un huso entre los dos centriolos a través de los filamentos, los cuales se componen de proteínas y pequeñas cantidades de ácido ribonucleico. Luego los cromosomas se fijan a los mismos en el centro y se mueven de un lado al otro en la célula, y otros pasan al lado opuesto.
Cuando se divide el núcleo de la célula, los centriolos son cruciales tanto en la división como en el movimiento de los cromosomas durante el proceso de la mitosis, ya que permiten que las células hijas adquieran el número de cromosomas que les corresponde.
Los centriolos también son importantes en los centrosomas, que se encuentran en la organización de los microtúbulos, ubicados en el citoplasma, ya que la posición de los centriolos va a dar lugar a la posición que tome el núcleo celular, y es de vital importancia cuando se reorganizan las células.
En el proceso ciliar en la formación de las células se lleva a cabo la replicación de los centriolos originales, para que se formen varios procentriolos, los cuales aumentan su tamaño y se desplazan hacia la superficie de la célula, convirtiéndose cada uno en cuerpos basales.
Cada uno de los nueves tripletes que conforman cada cuerpo basal, surge un doblete de diversos microtúbulos, los cuales dan origen a una evaginación de la membrana apical, donde la misma va a poseer nueve dobletes de modo periférico, contenidas en un cilio en estado maduro.
El material de los pericentriolos es denso y su naturaleza es netamente proteica, la cual podría relacionarse a la formación de los microtúbulos, porque las células vegetales no poseen centriolos y también forman microtúbulos. Pero la mayoría de estas células, sustituyen los mismos por una masa fibrosa, que se compone por un elemento similar al pericentriolar.
Los centriolos son fundamentales en el proceso de la división celular y en la parte final de la citocinesis, además se dice que la presencia de los mismos es de carácter obligatorio para que se forme el huso en la mitosis. Otros dicen que la formación del huso, podría darse aun ante la carencia de centriolos, ya que solo son un apoyo en este proceso.
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