La mitocondria se compone por una membrana externa, que tiene función permeable con los iones metabolitos y varios de los polipéptidos. Esto se hace posible porque la misma contiene proteínas, que forman poros, los cuales son llamados porinas o VDAC que hace referencia al canal aniónico dependiente de voltaje; estos permiten el paso de moléculas hasta a 10 kDa de masa, con un diámetro de al menos 2nm. La función principal de la mitocondrias se basa en la oxidación de los metabolitos y la obtención de Adenosin Trifosfato, lo cual se da por la fosforilación oxidativa, la cual depende de la cadena que transporta electrones. El Adenosin Trifosfato que produce la mitocondria supone un porcentaje muy alto en comparación al que es sintetizado por la célula.
La mitocondria también se encarga de almacenar diversas sustancias, como lo son: los iones, agua y partículas restantes de virus y de proteínas. Principalmente la mitocondria se encarga de producir energía, ya que las moléculas simples de la nutrición son enviadas hasta ella para ser procesadas y que surjan moléculas cargadas, las cuales se combinan con oxigeno y producen ATP.
También se encarga de mantener una concentración ideal de los iones de calcio en la célula, dentro de sus compartimientos. Por otra parte, la mitocondria ayuda a crear partes de los componentes sanguíneos y de las hormonas, tales como la testosterona y el estrógeno.
Las mitocondrias ubicadas en las células del hígado, contienen unas enzimas con la capacidad de desintoxicar el amoniaco. La misma también participa en el proceso de la apoptosis o lo que se conoce como muerte celular programada, donde juega un papel fundamental, ya que la muerte anormal en las células se da cuando la mitocondria no trabaja de manera correcta, lo cual afecta el órgano donde se ubica.
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